Una noticia que en diarios, tabloides e informativos del Reino Unido suele aparecer en la sección de Internacionales cruzó el Canal de La Mancha llegada la quincena de julio y acaparó portadas, titulares y tuits nacionales: ola de calor, alerta máxima por altas temperaturas.
El país entró en alerta nacional. Por primera vez se activó la alerta roja por el calor que, pronosticaban, podría llegar a los 40 °C.
Comienza a plantearse una pregunta, como evidencian varios medios de comunicación y sitios web, entre los británicos: ¿Podemos trabajar en estas condiciones?
De acuerdo con la normativa vigente, hay una temperatura mínima que los sitios de trabajo han de respetar en el Reino Unido: 16 °C. Sin embargo, el país del cielo nublado por antonomasia (una etiqueta un tanto injusta, dado que al año hay más días lluviosos en Ámsterdam o Hamburgo que en Londres) no tiene ninguna indicación por altas temperaturas.
De hecho, el protocolo de olas de calor entró en marcha en 2021.
Ordenanza gubernamental: Employees should talk to their employer if the workplace temperature isn’t comfortable, o sea, que los «los empleados deben hablar con su jefe en caso de que la temperatura del lugar de trabajo no sea cómoda». Entonces, un nuevo titular:
Se redujeron las frecuencias del metro, hubo vuelos y trenes cancelados, se suspendieron las actividades escolares… incluso en los quirófanos hubo que posponer operaciones.
Tras unos días, la relativa normalidad regresó, con los termómetros londinenses a 19 °C al mismo tiempo que la fresca mañana de Madrid está a 28 °C.
Si menos de una semana con temperaturas que rozaron los 40 °C pusieron en duda la viabilidad del sistema laboral, imaginémoslo en un sitio en el que esa marca se supera casi todos los días, durante muchas horas, a lo largo de casi dos meses…
…justo lo que sucede en el sur de Europa.
¿SE DETIENE EN AGOSTO?
No es de extrañar escuchar algún comentario de «no consigo traductores en España en agosto» o «estáis todos de vacaciones». En la web de viajes TripAdvisor hay una discusión titulada When does Spain “shut down” for the summer (Cuándo «cierra» España por verano) en la que la mayoría de respuestas, tanto de locales como, sobre todo, de turistas que han venido de vacaciones en nuestro país, dicen que en agosto.
Sobre esto suele haber muchos tópicos y estereotipos sin fundamento real. Cabe mencionar, por ejemplo, que la tasa de paro actual en España es la más baja desde el verano de 2008, y que, en realidad, hay una regla no escrita que dice que el día en que más bajas de la Seguridad Social se suelen dar es el 31 de agosto.
Claro que eso se debe mayormente a que, si pensamos que para 2018 España era el segundo país más visitado del mundo, el sector hostelero y de servicios suele reforzarse en las temporadas más altas, como el verano del hemisferio norte (o sea, agosto).
Otros sectores, por otro lado, sí que se paralizan casi al completo. Es muy raro que se organicen reuniones importantes o congresos durante la zona central del verano. El sector judicial es otro ejemplo, algo que acaba arrastrando a bufetes y, en gran medida, a muchos traductores e intérpretes.
De acuerdo con el artículo 183 de la Ley Orgánica del Poder Judicial «Serán inhábiles los días del mes de agosto para todas las actuaciones judiciales, excepto las que se declaren urgentes por las leyes procesales».
Varios despachos legales optan por frenar sus actividades a partir de la segunda o tercera semana de agosto, como cuentan en este artículo de CincoDías.
El Congreso de los Diputados también detiene sus sesiones ordinarias en julio y agosto.
Una encuesta recogida por la Cadena SER dice que el 36 % de los españoles toma las vacaciones de verano en agosto.
Entonces no, España no se detiene en agosto, pero el peso de su actividad cambia de posición. Por eso no es raro que las traductoras e intérpretes nos tomemos el descanso durante ese mes.
Ahora, las circunstancias sobre por qué ocurre justo en agosto son varias.
¡EL CALOR!
Toda la introducción sobre el Reino Unido no es una excusa sino una explicación de lo que las altas temperaturas suponen para los trabajadores. El de 2022 ha sido el segundo mes de julio más caluroso desde que existen registros, y las previsiones para agosto no mejoran. Sin embargo, sobrepasar los 40 °C en verano es lo habitual en muchas partes de España, sobre todo del centro de la Península hacia abajo.
Llegados a este punto también es necesario decir que los hábitos han cambiado con el paso del tiempo. Tirando de hemeroteca, nos encontramos con una noticia de 1985 en la que decía que agosto absorbía, para aquel momento, las vacaciones del 62 % de los españoles, casi el doble que lo que sucede en la actualidad.
Una de las explicaciones podría estar, precisamente, en el calor. Si bien es cierto cada vez son más altas las temperaturas de nuestros veranos, la forma de enfrentarnos a ellos también ha cambiado.
Una encuesta de Eurostat nos dice que en España se usa el aire acondicionado un 60 % más que hace 40 años.
RAZONES HISTÓRICAS
Que la actividad se reduzca en agosto tiene también otra explicación bastante sencilla: las vacaciones son un derecho, y también una conquista.
Las ideas marxistas de finales del siglo XIX comenzaban a plantear el derecho de los trabajadores a descansar, y ya en los años 20 del siglo XX algunos países, como Austria o Finlandia, establecieron vacaciones remuneradas en su legislación.
Francia lo hizo en 1936.
En España, después de la Guerra Civil, los primeros años de la dictadura y el bloqueo internacional, no fue hasta los años 60 cuando se generalizó el derecho a vacaciones pagadas.
NO ES JUEGO DE NIÑOS
Aunque suene raro, los niños también juegan un papel en toda esta historia. Echando la mirada otra vez hacia finales del siglo XIX, cuando se empieza a expandir la escolarización en todos los estratos, la sociedad, mayoritariamente agrícola, se encuentra con un nuevo problema: la pérdida de mano de obra.
Por eso, a los chicos que comenzaban a asistir a la escuela, se les cortaba el calendario de estudios en verano. ¿Explicación? Es la época de la cosecha. Así podían combinar su formación con el trabajo que daba sostén a sus familias, sus pueblos y a la sociedad en general.
Y como esas vacaciones escolares se han mantenido a lo largo de las décadas, mas no la labor agrícola como la constante entre la población, ¿qué hacen los trabajadores modernos, de oficinas, despachos o calles en grandes metrópolis o pequeñas urbes, con sus hijos?
La solución más lógica y viable es hacer coincidir las vacaciones.
. . .
Así que, si vienes de fuera de España, o buscas contratar a alguien de aquí, es muy probable que agosto sea un mes complejo para ello, pero está bien señalar que es una realidad con clara tendencia a la baja, y dejar claro que, lejos de los tópicos, hay varios factores, algunos históricos, otros climáticos, que hacen que lo más sano, justo y sensato para los trabajadores de muchos sectores sea tomar el descanso en estas fechas.