Autoantónimos (o Robert de Niro en Taxi Driver)

Ago 17, 2022 | 0 Comentarios

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) recoge la friolera* de más de 93 mil palabras y, aun así, resulta que «alquilar un piso» lo puede decir tanto el dueño del inmueble como quien paga por ocuparlo temporalmente, o «dar una clase» es tan válido para el alumno sentado en su pupitre como para la profesora que imparte la lección.

(Espera, ¿qué?)

Seguro que no es la primera vez que te encuentras con una expresión que significa tanto una cosa como justo lo opuesto. Sí, al mismo tiempo.

El lenguaje más refinado lo llama enantiosemia; el más intuitivo, autoantónimos. La Fundación del español urgente (Fundéu) la define como «un tipo de polisemia en el que una palabra tiene dos sentidos opuestos».

O sea, no son Dr. Jekyll y Mr. Hyde ni Gollum y Sméagol, dos nombres (en un solo cuerpo) para dos personalidades, sino Travis Bickle: tan héroe como villano, con la misma camiseta blanca de tirantes e idéntica denominación (y si no has visto Taxi Driver, dirigida por Martin Scorsese, ya tienes tarea para el verano).

Robert de Niro como Travis Bickle en una escena de Taxi Driver, de Martin Scorsese.

Aunque cada caso es distinto, la propia Fundéu cuenta que la travesía de muchos de ellos arranca como una figura literaria, la antífrasis (atribuirle a algo o a alguien cualidades contrarias a las que tiene, a modo de ironía), para acabar por asentarse en el lenguaje normado.

Para que podáis entenderlo mejor, vamos a ver algunos ejemplos.

ACCIÓN Y REACCIÓN: LOS VERBOS

En este blog, yo escribo y tú lees. La relación entre ambos es una línea fácil de seguir, con cada parte perfectamente identificada. Sin embargo, si estuviésemos en un aula aprendiendo alguna lección de inglés, yo, profesora, daría la clase y tú, estudiante, darías la clase.

Porque «dar clase» es antónimo de ella misma, es un caso de enantiosemia, es impartir y recibir.

En algún momento alguien se lo consultó a la RAE a través de Twitter y en algún momento posterior a ello la cuenta oficial de la Academia dio respuesta.

Cambiemos de terreno de juego. Con agosto comienzan a volver poco a poco las ligas de fútbol de toda Europa. Cierto que con las vacaciones tan cerca algunos deportistas estarán todavía en ese período de recuperar el ritmo, pero hay funciones que es imposible olvidar. Por ejemplo, un defensa, defiende.

Ahora, por sencillo que parezca, puede ser una cosa y su opuesto a la vez.

Si pensamos en Ronald Araújo y decimos que «defiende a Ter Stegen», su compañero de equipo (portero), significa que le está ayudando, que se coloca de su lado para evitar que le ataquen.

Por otro lado, si el mismo Araújo «defiende a Benzema», que juega en un equipo contrario, significa que está intentando evitar que el francés cumpla su objetivo de marcar gol.

A lo mejor te importa poco el deporte y estás más pendiente sobre cómo pasarás tus vacaciones. ¿Apetece viaje a la montaña? Si alquilas una autocaravana le pagarás por usarla a aquella persona que te la alquilará.

SUSTANTIVOS: LAS PALABRAS MULTIPERSONA

Y si en lugar de montaña te marchas a la playa o a recorrer alguna nueva ciudad, quizás optes por pernoctar esos días en un piso temporal o en una pensión. Llegas de huésped, y el dueño es, a su vez, tu huésped también.

O partiendo del otro lado de la historia, la persona que te recibe en su propiedad es tu casero, y tú al ocuparlo, pagando por él, eres también el casero (así lo recoge el diccionario de la RAE en la 11ª acepción de dicha palabra).

¡OJO CON LA LEY!

En España, como medida de ahorro energético, se ha sancionado una norma que establece que el aire acondicionado en comercios, restaurantes y demás no puede bajar de 27 °C. Cuando llegue el invierno (que llegará, llegará) la calefacción no podrá estar por encima de los 19 °C.

¿Y si no lo cumples? Pues te sancionarán, porque ese verbo vale tanto para aprobar o autorizar algo como para castigar.

. . .

Vale que en esta entrada de blog hemos visto, tan solo, la friolera* (¿Recuerdas que usamos este término al comienzo? Resulta que puede ser «cosa de poca monta o de poca importancia» o «gran cantidad de algo, especialmente de dinero») de siete ejemplos; bueno, ocho ahora, pero seguro que en el día a día te encuentras con alguno más.

Conocerlos, sobre todo si el español no es tu lengua materna, te evitará pegarte algún batacazo («Golpe fuerte y con estruendo que da alguna persona cuando cae»). En cambio, al dominarlos, puedes dar el batacazo («Triunfo o suceso afortunado y sorprendente») definitivo como nuevo hispanohablante.

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